Bonpland y la yerba mate, tema de una muestra y un congreso
Esta semana se cumplieron 200 años de la visita del médico y botánico a las misiones jesuíticas para desarrollar los primeros cultivos de yerba.

El 11 de mayo de 1821, Amado Bonpland partió desde Corrientes a las misiones dejadas por los jesuitas, con la intención de retomar el cultivo de los yerbales y establecer plantaciones de yerba mate con un proceso de industrialización moderno, según el proyecto presentado a Francisco Ramírez, jefe supremo de la República de Entre Ríos, quien no solo lo apoyó para que transite en el espacio geográfico sino también le ofreció ayuda económica.
Esta semana se cumplieron 200 años de aquella expedición, que sentó precedentes como un hito para uno de los cultivos emblemáticos de la provincia de Corrientes y de la región.
En ese contexto, se firmó un convenio entre la Fundación Tierra sin Mal y la Asociación Cultural Bonpland para concretar el Primer Congreso Virtual Bonpland-Alexander von Humboldt y otros naturalistas de los siglos XVIII y XIX, a concretarse en noviembre de este año.
En paralelo, desde la asociación que recuerda la figura del médico y botánico –que dejó en Corrientes la mayor parte de su muestra y estudios científicos– presentaron esta semana una exhibición en la Casa Molinas, de esta capital, que “muestra a un Amado Bonpland más intimista, más polifacético. Podemos conocerlo como humanista, médico, botánico, político, ganadero y los aportes que ha hecho a la ciencia, zoología, antropología social y paleontología”, señaló Aurora Arbelo, presidenta de la Asociación Cultural Bonpland.
Enamorado de la yerba mate
“Bonpland conoció a Belgrano y a Rivadavia en reuniones políticas en Inglaterra, cuando se gestaba la emancipación de las provincias Unidas del Río de la Plata y lo invitaron a un viaje científico para fundar un jardín botánico. Junto a Alexander von Humbold, hizo esa travesía por Perú, Venezuela y otros países entre 1799 y 1804, y luego aceptó la invitación de recorrer nuestras tierras”, explicó Arbelo, en diálogo con República de Corrientes.
Al conocer algunos ejemplares de la planta de yerba mate (en la isla Martín García), Bonpland “se queda enamorado de esta planta, por sus aplicaciones botánicas, ya que era médico de profesión, y también por el aspecto económico. Tiene la visión de la industrialización de esta planta con su cultivo”, relató.
Así fue que, en 1820, acercó su propuesta a Corrientes y viaja “en una carreta con cuatro mulas, con su proyecto de industrialización de la yerba con métodos modernos. Sin embargo, allí quien tenía el monopolio del cultivo en Santa Ana (Misiones) lo manda a apresar, por verlo como un rival económico y político. Permaneció preso 9 años”, apuntó.
Entre sus aportes para este cultivo, que marcaron un hito para la región, se cuentan las técnicas de épocas de poda y la comercialización de la yerba mate como medio de intercambio comercial.
“Bonpland le asigna a esta planta el nombre de Ilex tissans. Pero, como no era un hombre de laboratorio sino más bien de trabajo de campo, no cumplió con los cánones internacionales que permiten acuñar un nombre científico. Muchos años después otro científico fue quien acuñó el nombre, bajo la denominación de Ilex paraguariensis”, mencionó Arbelo.
Bonpland íntimo
En homenaje al 163er aniversario del fallecimiento del científico Amado Bonpland, quien tanto conocimiento dejó a la ciudad de Corrientes, se lleva adelante, hasta el sábado, una muestra que recorre vida y obra de este destacado científico.
La exhibición está disponible al público hasta el sábado 16 de mayo, de lunes a viernes, de 8 a 13 y de 15 a 20, y el sábado, de 11 a 20, en el Museo de Sitio Casa Molinas, ubicado en Carlos Pellegrini 937.


