El Vera: tres edificios y una mística que perdura hace más de 150 años
El primer teatro se inauguró en 1861 y fue ampliado y modificado hacia 1890, ocupando siempre el mismo espacio sobre la calle San Juan. El actual se levantó en 1913 y es reconocido y admirado por grandes artistas nacionales e internacionales.

El actual edificio del Teatro Vera cumple 108 años, pero, en realidad, son más de 150 los que la institución lleva siendo el epicentro de la vida cultural de Corrientes, la región y el país.
Porque, antes de ser esta sala ensalzada por propios y extraños como una de las más bellas de la Argentina, hubo otras construcciones que supieron ser escenario de importantes artistas.
Los edificios anteriores se encontraban en el mismo sitio que el actual, por lo que desde hace más de un siglo y medio ese sector de la ciudad es sinónimo de actividad musical, actuación, baile y canto. Allí, en San juan 637, el Vera es hace mucho un ícono de Corrientes no solo por su papel en el desarrollo cultural sino también por su arquitectura.
El teatro original se llamó también “Juan de Vera” y se levantó allí en el terreno adquirido con fondos de las ventas de tierras públicas. Fue en 1859, cuando José Fontenau y Manuel Villar comienzan a encarar los primeros trabajos. Luego de que en primer término se evaluó un predio frente a la plaza 25 de Mayo, la construcción se inició finalmente en el terreno donde se encuentra hasta ahora, que perteneció anteriormente al convento de Santo Domingo.
Las obras para construir este edificio demandaron alrededor de dos años, ya que terminó siendo inaugurado en 1861. Mientras se llevaba adelante la edificación, cuentan los relatos de la época que había un creciente entusiasmo por parte de la sociedad correntina. Había un fuerte interés y también ansias por su apertura formal.
El 9 y 10 de julio de 1861 se realizaron las funciones inaugurales de aquel edificio. Corrientes tenía por primera vez un edificio teatral. La obra elegida para aquel inolvidable momento fue Borrascas del corazón, de Tomás Rodríguez Rubí, y una pequeña pieza musical llamada Una casa constitucional, ambas representadas por la Sociedad de Artistas Dramáticos Españoles.
Como pasó con diversos hechos históricos, ser un paso obligado en el camino entre Asunción de Paraguay y Buenos Aires representó para Corrientes una oportunidad que supo capitalizar.
En lo artístico fue también un punto positivo, ya que en muchas ocasiones las obras itinerantes incluían al Teatro Vera en su gira, como punto intermedio entre ambas capitales.
A tres décadas de la construcción del primer edificio, que tenía un amplio espacio abierto en el frente, se decide realizar algunas modificaciones importantes en el Teatro Vera. De esta manera, es hacia 1890 que el Estado decide ampliarlo y sumar un sector delantero para que la sala tenga más capacidad y adquiera, de alguna manera, una mayor categoría en términos estéticos y arquitectónicos. En la parte interna se mantiene lo primitivo, pero hacia la calle San Juan se levanta un nuevo sector. Se trataba de una fachada de ladrillos sin revoque, de la cual quedan registros fotográficos.

Estas modificaciones coinciden con una etapa de la ciudad en la que se dan grandes modificaciones y en la que aparecen también varios de los principales edificios que se mantienen hasta ahora. La Casa de Gobierno y la Legislatura son solo algunos de los ejemplos de construcciones que aparecieron entre fines del siglo XIX y comienzos del XX en la capital de Corrientes. Por eso, el Vera forma parte también de un cambio de fisonomía general que experimentó la ciudad, ya desde ese segundo edificio hasta el tercero y actual, que se levantó poco tiempo después.
Fue en 1906 cuando se decidió que era necesario construir un nuevo teatro en la ciudad, dejando de lado el que estaba en pie y que se había construido hacía menos de 50 años y remodelado y ampliado una década y media atrás. Un año después, en 1907, se avanzó con el proceso de demolición del antiguo Teatro Vera, dejando el predio libre para poder levantar una tercera construcción, que es la que ahora cumple ya 108 años.
Se analizaron varias opciones para definir el diseño que tendría el nuevo teatro, pero finalmente se tomó en cuenta uno de los tres proyectos presentados por el arquitecto Atilio Locatti, el que fue modificado en obras por el arquitecto Carlos Milanesse.
Tras varios años de trabajos, el edificio actual se inauguró el 25 de mayo de 1913 con la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, por la Compañía Ópera Marranto. En ese momento, la flamante sala fue concedida a Carlos María Dodero para su explotación por 25 años, a cambio de que terminara el edificio y lo pusiera en funcionamiento.
Arquitectura
De acuerdo con la mirada de los especialistas, la fachada tiene un estilo propio de la Belle Époque, ya que cuenta con una organización clara y simétrica, dividida en 3 niveles coronados por un friso con esculturas alegóricas. El acceso principal tiene una escalinata de mármol. El hall, aunque no muy amplio, cuenta con paredes revestidas, con apliques de bronce cuyo tema principal es una máscara leonina.
Para deslumbrarse con el Vera no hace falta siquiera ingresar a la sala principal. Primero, basta con pararse en la vereda y contemplar el edificio para que resulte imposible no asombrarse e incluso sorprenderse, a pesar de ser un lugar ya ampliamente reconocido y familiar para los correntinos. Artistas nacionales de los más reconocidos e incluso extranjeros expresaron en varias oportunidades su admiración por el teatro de Corrientes, haciéndolo en ámbitos ajenos a la provincia por lo que pueden considerarse absolutamente genuinos.
La planta del edificio se estructura a partir de la forma en herradura de la platea, que tiene palcos bajos y otros niveles denominados palcos altos, la cazuela y el paraíso.

El espacio de la sala está coronado por una cúpula corrediza, que permite funciones a cielo abierto, uno de los grandes atractivos que se sumó en los últimos años y que fue utilizado en varias oportunidades en funciones que se realizaron allí en la bella sala.
La capacidad está estipulada en 684 localidades distribuidas en 316 plateas y tertulias, 14 palcos bajos con 56 localidades, 18 palcos altos de 72 localidades y 240 ubicaciones más entre las galerías. Especialistas destacan su acústica, habiendo sido ponderada por célebres directores de orquesta, como Robert Shaw, o los de la Ópera de Viena y la Sinfónica de la antigua República Democrática Alemana, y por destacados músicos como W. Malkusinsky, Pía Sebastián, Luis Ascot, Astor Piazzolla, Atilio Stampone o Rodolfo Mederos.
Si todo el teatro es imponente, la cúpula que se puede admirar desde el interior de la sala se convierte en el último detalle como para terminar de concretar una experiencia de alto valor estético. Las cabezas apuntando hacia arriba mientras se acomodan en sus butacas a la espera de que comience la obra es una escena nada extraña cuando hay actividad en el Vera.
Son 108 años desde su inauguración formal, un poco más desde que inició su construcción y más de 150 siendo el centro de la vida cultural de los correntinos y de los artistas de la región y nacionales. Punto de referencia del NEA y una sala recordada por todo aquel que la haya visitado alguna vez, poniéndolo siempre a la altura del Colón y de otras grandes y lujosas salas de la Argentina.
Tuvo siempre además, y conserva, un altísimo valor simbólico para los artistas. Estar en el Vera significa de alguna manera la validación de un trabajo de esfuerzo y dedicación, siendo muchas veces el anhelo más importante.