Crisis del petróleo: la OPEP gatilla el final de los Años Dorados

En columnas anteriores, mencionamos que durante el periodo comprendido entre 1950 y 1970 se registró una etapa de auge económico excepcional en el mundo. En particular, en los países capitalistas occidentales y Japón, pero también la prosperidad alcanzó inclusive a los países de economía planificada del este europeo y a otros del tercer mundo, como Brasil y México. En su monumental obra Historia del siglo XX, el historiador británico Hobsbawm señaló que fue tan inusual el crecimiento de las naciones en este periodo, que se lo bautizó como los Años Dorados.
En el trabajo Los años dorados del capitalismo. Génesis, desarrollo y crisis de la economía mixta (1950-1973), los historiadores argentinos Joaquín Perren y Nicolás Padín señalan lo siguiente: "El desempeño de la Europa Occidental fue verdaderamente impresionante: el crecimiento registrado entre 1950 y 1970 duplicó al correspondiente al periodo de entreguerras. Y si estas tasas resultan extraordinarias, las presentadas por Japón podrían ser catalogadas como milagrosas: con un crecimiento anual del 10 % a lo largo de los 50 y 60, el país del sol naciente multiplicó por cinco los guarismos registrados entre el comienzo de la I Guerra Mundial y mediados del siglo XX. Pero este ejercicio se vuelve realmente interesante si, en lugar de comparar hacia atrás, lo hacemos hacia adelante. Durante los 70, las tres economías redujeron drásticamente la velocidad de su crecimiento: Estados Unidos y Europa Occidental presentaron tasas un tercio más bajas que durante Los Años Dorados; mientras que en Japón esa baja fue del orden del 50 %" (1).
Este aporte nos permite dimensionar la magnitud del avance económico; pero a principios de la década del 60, surgió en el tercer mundo una organización que pasaría a jugar un rol clave en el mercado internacional del petróleo y la regulación del comercio mundial. Se creó entonces la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP-, integrada originalmente por Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait y Venezuela. Reconocida por la ONU en 1962, desde 1965 fijó su sede en Viena. La lógica geopolítica marcaba que las mayores reservas de petróleo convencional estaban situadas en países del Oriente Medio que poseen costas sobre el Golfo Pérsico; y en Venezuela, país sudamericano que contiene las mayores reservas del mundo. Con el tiempo, se incorporaron estados petroleros africanos como Argelia, Nigeria, y Libia, entre otros.
En paralelo, en el Oriente Medio, al final de la II Guerra Mundial, Gran Bretaña se propuso resolver la cuestión de Palestina, región ocupada desde el final de la Gran guerra. En ese proceso, el conflicto estalló en 1948 cuando Israel proclamó su independencia y los estados árabes vecinos atacaron el país. Para los palestinos, este acontecimiento se conoce como la Nakba (catástrofe), porque significó el éxodo de cientos de miles a Jordania.
Posteriormente se produjo en 1956 la contienda del Canal de Suez, debido a la nacionalización de la vía marítima por el presidente Nasser. En 1967 estalló la impactante Guerra de los Seis Días, allí Israel derrotó simultáneamente a Egipto, Siria y Jordania; ocupando amplios territorios en la península del Sinaí, los Altos del Golán, junto a Cisjordania y la parte de Jerusalén oriental. Estas guerras y la continua tensión que provocaba incidentes bélicos sucedieron en el contexto de la Guerra Fría. Israel era apoyado por Francia, EE. UU. y otros países occidentales; mientras que los árabes obtenían recursos y armamento de la Unión Soviética, en una etapa donde ocurrió el auge del baazismo en Irak, Egipto y Siria (nacionalismo secular de izquierda).
En los años posteriores al conflicto del 67, Egipto y Siria forjaron pacientemente un proceso de rearme con lo más moderno del arsenal soviético -que incluía sofisticados misiles antiaéreos- para dificultar el accionar de la potente fuerza aérea israelí. A principios de octubre de 1973, los ejércitos de Sadat y Al-Asad se alistaron para devolver el ataque sorpresa en el Canal de Suez y los Altos del Golán. Aunque los musulmanes celebraban el Ramadán (mes de ayuno), aprovecharon que coincidió con la festividad religiosa judía del Yom Kippur, y así tomaron desprevenidas a las fuerzas de Israel. La contienda duró tres semanas e insumió un esfuerzo inusitado de ambas partes, que perdieron miles de hombres y armamentos en sangrientas batallas de tanques y jets de combate.
Tanto los EE. UU. como la URSS se apresuraron a reponer lo perdido en el campo de batalla, lo que hizo escalar la tensión entre las grandes potencias a niveles de la crisis de los misiles cubanos de la década anterior. Israel se sobrepuso al avance inicial árabe, y consiguió ampliar sus territorios en el Golán, e incluso -en una arriesgada incursión al mando del general Ariel Sharon- cruzó el canal de Suez en sentido contrario y penetró varias decenas de kilómetros en territorio egipcio, ya en continente africano, hasta que se acordó el alto el fuego.
La tensión mundial produjo que el 16 de octubre de 1973, la OPEP decretara un embargo de venta de petróleo a algunos países de Europa occidental y EE. UU. que apoyaban a Israel, lo que provocó la estampida del precio del barril de crudo (se multiplicó por cuatro su valor) y llevó al consiguiente aumento exponencial del precio del combustible. Esta situación derivó incluso en el racionamiento de la venta, algo que no sucedía desde la inmediata posguerra mundial. El negativo impacto económico fue global y afectó al crecimiento de la economía mundial por toda esa década, hasta bien entrados los años 80 y con el inició del auge neoliberal de Reagan y Thatcher.
Algunos autores señalan que significó el fin del fordismo (la línea de producción masiva), porque puso en crisis a la poderosa industria automovilística estadounidense que producía vehículos de gran tamaño y alto consumo de gasolina. Favoreció esta situación a la emergencia del toyotismo (producción en la justa medida o just in time), debido a que la industria japonesa fabricaba automóviles más pequeños, de mayor rendimiento y con menor gasto.
Lo que está claro que sucedió a nivel mundial fue que la crisis del petróleo decretó el final de los Años Dorados y significó el inicio de la larga crisis y agonía del estado de bienestar en Europa Occidental y otros países en desarrollo.
(1) Perren, J.; Padín, N. (2019) Los años dorados del capitalismo. Génesis, desarrollo y crisis de la economía mixta (1950-1973); en http://historiaregional.org/ojs/index.php/historiaregional/article/view/293/629


