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CAPACITACIÓN Y CRUZADA SOLIDARIA

Las iglesias de Mercedes también ofrecen alimentos a precios módicos

Para paliar los efectos negativos de la pandemia de coronavirus, una viceparroquia brindaba la leche para la merienda. Pero como les faltaba el pan, surgió un nuevo servicio comunitario. 

Quienes van a las misas de varias iglesias que dependen de la viceparroquia Itatí de Mercedes, también pueden acceder a panificados y verduras de estación a precios económicos. Esto forma parte de un servicio que surgió por iniciativa del sacerdote jesuita Walter Obregón, que es desarrollado por Cáritas con el apoyo de diferentes sectores y que no tiene un fin comercial porque aseguran que solo buscan contribuir con los pobladores que viven en los alrededores. 

La pandemia por coronavirus causó múltiples daños y uno de ellos fue el económico. Para tratar de paliar la difícil situación que estaban atravesando muchas familias, la viceparroquia Itatí abrió un merendero. Así, tomando todos los recaudos, en sus instalaciones comenzaron a brindar leche a los vecinos, pero no tenían pan.

Ante esa situación adversa, el sacerdote Obregón -que está a cargo de esa iglesia de la cual dependen otras tres comunidades católicas- propuso elaborar panificados. Para ello, necesitaban una serie de herramientas y la comisión de Cáritas de la viceparroquia presentó un proyecto al citado organismo que presta múltiples servicios en todo el territorio nacional. 

El visto bueno que recibieron en Mercedes desde esa entidad se tradujo en múltiples elementos para cocinar. De esa forma, no solo pudieron dar pan a quienes retiraban la leche, sino que además incorporaron dos nuevas prestaciones: capacitar para dar un oficio a quienes quisieran adquirir uno y ofrecer panificados a precios módicos a los que viven en los barrios que rodean a las comunidades religiosas.  

Así, antes o después de las misas, los feligreses pueden adquirir en la viceparroquia Itatí o en la iglesia San Cayetano de Mercedes, un pan criollo de aproximadamente 1,200 kilogramos a $ 200; 3 prepizzas a $ 200; bizcochos (800 gramos) a $ 150, etc.  

"No tenemos un fin comercial, porque no pretendemos competir con los comercios barriales, es un servicio para ayudar a las familias y lo recaudado se utiliza para cubrir los costos, como comprar harina y otros insumos", contó a República de Corrientes la vicepresidenta de Cáritas de la viceparroquia, Dolores Cabral, quien junto a la presidenta, Dolores Zuñe, lideran el equipo de trabajo que en su mayoría está conformado por voluntarios.

Tras esto subrayó: "La llegada del padre Obregón generó una transformación en la comunidad. Es importante destacar su tarea, porque él anhela que este tipo de servicios no solo se implementen en las iglesias que son parte de la viceparroquia Itatí, sino también en otras".

A su vez, comentó que además del aporte esencial de Cáritas, el Gobierno provincial contribuyó para adecuar las instalaciones de la iglesia donde se realizan los panificados, la Nación -a través de Desarrollo Social- aporta para el pago de al menos un par de personas y el Municipio brinda ayudas.

"Es una tarea a pulmón y estamos agradecidos por lo que nos brindan. Es más, se conoció que estábamos necesitando leña para el horno que tenemos afuera, porque una persona que compró pan publicó sobre eso en las redes sociales. Y en respuesta a eso, recibimos ese elemento que es fundamental para cocinar, por lo que estamos agradecidos con él y con todos los que se acercaron a donar", aseveró Cabral.
En tanto, añadió que cualquier tipo de aporte -harina, levadura, etc.- será de gran ayuda para seguir elaborando panificados.

Especiales

Para la última Navidad y Año Nuevo también hicieron pandulces y roscas artesanales. En el caso del primer producto, por ejemplo, ofrecían uno de aproximadamente 800 gramos a $ 400.

"Queríamos que todos tengan la posibilidad de tener un pandulce en su mesa", remarcó Cabral, quien reiteró que no persiguen un fin comercial, sino que buscan brindar un servicio a las familias que rodean a la viceparroquia Itatí y a todas las comunidades religiosas que son parte de esa jurisdicción de esa iglesia.

Precisamente por ello, también una vez por semana elaboran facturas para el Club de Abuelos que funciona en la iglesia San Cayetano, "y para determinados eventos especiales, como  encuentros organizados por las catequesis", acotó Cabral.

Huerta comunitaria

Además de la elaboración de panificados, señaló que existe otro servicio comunitario que brindan y para el cual cuentan con el apoyo del INTA: una huerta comunitaria que funciona en el predio de la iglesia San Cayetano. "Se ofrecen verduras de estación a precios económicos a quienes viven en los barrios que rodean a las iglesias ", afirmó Cabral. Así, en iglesias mercedeñas buscan brindar no solo alimento espiritual, sino también aquellos que son para el cuerpo.