Educar con el arte en contexto de encierro: otra mirada del plan Fines
El objetivo es brindar herramientas útiles para valorizar y favorecer el proceso de pacificación y humanización de la vida carcelaria. Las actividades se llevan adelante dentro de Bibliotecas Abiertas, donde los internos se capacitan en talleres y cursan carreras.
Los internos que cursan el plan Fines en la modalidad educación en contextos privativos de libertad buscan rehabilitarse a través de un taller de arte que se lleva adelante en las Bibliotecas Abiertas de la nueva Unidad Penal Nº 1, en San Cayetano; la Unidad Penal Nº 3 Instituto Pelletier, la Unidad Penal Nº 4 Granja modelo Yatay y la Unidad Penal Nº 7 San Luis del Palmar. El objetivo es brindar a las personas privadas de libertad herramientas útiles para valorizar y favorecer el proceso de pacificación y humanización de la vida carcelaria.
En la Unidad Penal Nº 1, los internos pueden terminar la primaria y secundaria, realizar una carrera terciaria, ser parte del Centro de Formación Profesional, en donde se dictan 10 capacitaciones como carpintería y herrería, realizar actividades deportivas y asistir a los 8 talleres donde se abordan informática, lectoescritura, robótica, ajedrez, teatro, huertas, teatro y arte.
Este último es un taller que se agregó el año pasado. La profesora Graciela Montenegro, en diálogo con República de Corrientes, comentó: "Cuando recibió la llamada de ofrecimiento para tomar las horas de artes en las diferentes unidades penales, fue algo que me tomó de sorpresa completamente. Lo vi como una oportunidad de vivir nuevas experiencias y además un gran desafío, tanto en lo personal como en lo profesional, pero no me costó afrontarlo. Poder compartir con ellos este espacio es algo muy gratificante, ver cómo trabajan con entusiasmo, siempre dispuestos a aprender y a superarse".
"Los talleres de mediación artística en prisiones son un recurso eficaz que cumple los objetivos marcados por cada institución. Son llevados a cabo con rigor y criterios profesionales, más allá del ocio", detallaron los organizadores.
Olimpíadas de Historia
Por otro lado, dijeron que este trayecto en la formación académica y artística ocupa un espacio invaluable en ellos. En esta propuesta, la Unidad Penal N° 1 participó en las Olimpíadas de Historia, llevadas a cabo por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral (con sede en la ciudad de Santa Fe), en la categoría cuento ilustrado.
A la hora de narrar su experiencia, uno de los internos afirmó: "En ningún momento dudé en aceptar el desafío. Luego de llevar a cabo la lectura de varios cuentos, decidí ilustrar el que se titula El hombre de traje estropeado. A medida que iba narrando, se me venían a la cabeza muchas ideas y me pregunté: ¿cómo voy a plasmar todo esto en un papel?".
"Es bueno poder manifestar, mostrar el otro lado de nuestra realidad en un penal, que no todo es como se dice. Estamos los que queremos
aprender, progresar, los que el día de mañana soñamos con tener una segunda oportunidad"
INTERNO DE LA UNIDAD PENAL Nº 1
"Fue así que, de a poco, me fui centrando en realizar varios bosquejos, utilizando como técnica el dibujo a mano alzada y el uso de acrílicos para darle color", dijo.
Y agregó: "Es bueno poder manifestar, de cierta forma, mostrar el otro lado de nuestra realidad en un penal, que no todo es como se dice. Estamos los que queremos aprender, progresar, los que el día de mañana soñamos con tener una segunda oportunidad, aunque no me fue sencillo lograr, porque estando en el pabellón es difícil que la inspiración y creatividad logren cruzar estas fortalezas de concreto y la lejanía con los míos deteriora el ánimo".
A su turno, Rodolfo Pogonza, jefe del área de Educación Unidad Penal N° 1, explicó que estos talleres son parte de un programa anual y que estos talleres tienen otra dinámica de trabajo, no tienen tanto marco teórico, sino que son más prácticos y se trabaja en conjunto. La particularidad de estos es que genera concentración, propagan un clima de comunicación y ayudan a expresar sus sentimientos".
"Se observa un amplio compromiso y producen varios beneficios en los internos, como la perseverancia; cambian su estado de ánimo y su comportamiento con los profesores y personal del Servicio Penitenciario. Salen de su contexto porque son tratados de igual manera a alguien que está afuera y no están en el papel de violencia o actitud negativa", comentó.
Reflexiones
"Estando acá, el arte me ayuda a exteriorizar lo que siento, puedo decir que me da la oportunidad de estar en libertad.
¡Qué ironía y paradoja decir eso!, pero en esas horas que asisto al taller me olvido completamente de la realidad. Se me viene a la mente el proverbio japonés que dice: el arte salva el cuerpo. A mí no solamente me salva el cuerpo, también me salva la mente, me permite estar centrado y en eje. Es tan reconfortante que te feliciten y animen a seguir. Que la sociedad deje de lado el prejuicio, el preconcepto que todo lo que pasa detrás de estas paredes son cosas negativas", enfatizó el interno.
"Escuchar decir que el arte los salva, los libera, los hace sentir en eje, es mi mejor recompensa. Es difícil poner en palabras todo lo que siento. Verlos trabajar con tanto compromiso, confiando en sus capacidades e ir más allá de todo logrando un aprendizaje significativo me llena de orgullo", destacó la profesora Graciela Montenegro.
Rodolfo tiene dos miradas sobre las actividades que se brindan en la institución. Como personal del Servicio Penitenciario, es la de "apoyar a la reinserción social" y su perspectiva personal. "Todos merecemos una segunda oportunidad, más allá del delito que hayan cometido. No todos tuvimos las mismas oportunidades. Ellos optaron por lo más fácil, pero ahora pueden redireccionar su vida, ofrecer sus servicios y ganarse el dinero de otra manera. No tienen que ser discriminados y hay que tener en cuenta que, cuando una persona cambia, también lo hace su familia y todo su entorno", finalizó.