Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.republicadecorrientes.com/a/46520
LA COLUMNA

La comodidad de fingir demencia

Cómo gobernará Javier Milei la Argentina es una incógnita que se irá develando en los próximos meses. A algunos les puede gustar más que a otros. Lo que no podemos permitir es que quienes hasta hace cinco minutos fingieron demencia con la inflación y un índice de pobreza e indigencia sin precedentes, ahora quieran ganar la calle para reclamar lo que generaron en años de malas decisiones económicas. 

Los sindicatos y un sector del peronismo siempre tienen esa dinámica: si yo gobierno, es la democracia y si es el otro, es la dictadura, a la que hay que combatir en la calle con piedras hasta que caiga. Lo hicieron con Ricardo Alfonsín, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri.

La gobernabilidad no es patrimonio exclusivo de un signo político: hay que desterrar esa idea impuesta por un sector interesado en el caos. La gobernabilidad la defendemos entre todos, respetando la Constitución y dinamizando el debate democrático. 

¿Alguien recuerda cuántos paros le realizaron los sindicatos al actual Gobierno por la inflación desbocada? Ninguno.

¿Alguien se quejó de que la patria estaba en peligro por el avance de la pobreza? Nadie. 

Con el dólar a mil, todos miraron para otro lado y siguieron fingiendo demencia. 

La guerra, la sequía y la pandemia fueron los estandartes de excusa que usaron Alberto y Cristina Kirchner para justificar su desgobierno. "Vienen por tus derechos", decía el spot publicitario. ¿Qué derecho tiene el que vive sin cloaca, en el barro y sin poder comprar lo que quiere porque la inflación le come todos los días su dinero?

El tiempo siempre da una buena perspectiva de todo y pone todo en su lugar. 

¿Realmente fue acertada la elección de Cristina al poner a Alberto como Presidente? Parece que lo que fue una solución momentánea se convirtió en un problema. La gente se cansó de un modelo que priorizaba el relato por sobre la solución.

A muchos les cuesta entender el nuevo escenario político: la reconfiguración del poder y el rol de un electorado. Los sabelotodo critican que el electorado se haya corrido a la derecha. Sin embargo, los ciudadanos se cansaron de un modelo que se interesó más por el relato que por solucionarles y hacerles la vida más fácil. Si hubiera funcionado, seguirían en el poder; de eso no hay dudas. Esta es la demostración más cabal de que el sistema funciona y de que el poder está en la gente. En esta partida no interesó la bolsita, la publicidad negativa, el miedo ni la extorsión.

El ciudadano común, ajeno a los tejemanejes de la política y sus decisiones alejadas de la realidad, se cansó y votó lo que quiso. 

El electorado se inclinó por una elección inédita: un partido sin tradición y un candidato que se construyó en dos años (aunque tiene algunos más dando vuelta en los medios de comunicación). 

Por más que no nos guste, hay que respetar lo que la mayoría eligió. De eso se trata la democracia. En dos años podremos elegir legisladores que representen nuestras ideas y, en cuatro, si este Presidente no satisfizo la expectativa de la mayoría, vendrá otro. 

Este año se cumplen 40 años de democracia. Más que nunca hay que defenderla con ideas, con debates y propuestas.

No con piedras y extorsión. La calle no puede ser de los que, heridos por no estar en el poder, salen a romper todo para crear condiciones de caos. 

El desafío es inmenso. No sigan fingiendo demencia: los ciudadanos despertaron hace tiempo y ya saben el poder que tienen en sus manos.

Temas en esta nota

JAVIER MILEISERGIO MASSA