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VOCACIÓN | HISOPADORA

Poniendo el corazón, en la primera línea de batalla contra el coronavirus

Ana Andrade es licenciada en Enfermería. Siente orgullo y responsabilidad por ser parte del equipo de Salud que realiza los testeos.

Testeando. Ana se desempeña en el ámbito privado y público de salud. Crédito: Chiara Conti

Todavía con las marcas de los elementos de protección en el rostro y el uniforme transpirado tras más de 12 horas de trabajo, Ana  Andrade sigue con ímpetu. Forma parte de la primera línea de batalla contra el coronavirus

Ella se encuentra entre aquellas personas cuya armadura es un mameluco y que tuvieron que modificar hábitos y costumbres –en el trabajo y en la casa- para estar al pie de cañón todos los días peleando por tratar de contener los contagios.

Detrás de las máscaras y los barbijos,  existen profesionales de la salud que brindan todos sus conocimientos para realizar de manera correcta los hisopados a las personas que son contactos estrechos y poder identificar si tienen o no covid-19. Con 20 años de experiencia, aseguró que este virus es un gran desafío, pero que la vocación siempre puede más. La pasión por las ciencias médicas la adquirió desde chica, un poco por herencia.

“Mi mamá era obstetra y a medida que fui creciendo, fui viendo su trabajo y me gustó. Es mi vocación”, comentó.Aseguró que “esta pandemia es un desafío día a día, no sabemos con lo que nos vamos a topar, es demasiada la cantidad de gente que está infectada en este momento y nos encontramos de todo.

Hay gente que es comprensible, que valora, que respeta, y hay otra que viene, exige y pretende que se le sirva sin tener en cuenta lo que nosotros estamos pasando”, comentó Ana a República de Corrientes. 

La licenciada se encarga de realizar hisopados en la Sala de Atención Primaria de la Salud (SAPS) Manuel Sussini, del barrio Ferré.  El procedimiento consiste en utilizar un hisopo estéril que se pasa en profundidad por cada narina y también por la faringe, que es la parte posterior de la garganta.

Luego el hisopo se coloca en un tubo y se envía al laboratorio, donde realizan la técnica de PCR, que consiste en ver a través de una reacción si está presente el virus o no.Con voz firme y mirada sostenida asegura que a esta situación adversa para la salud pública “hay que ponerle el pecho

Además de su actividad en la SAPS se desempeña en el servicio de Neonatología y Terapia Intensiva de un centro de salud infantil. Su jornada se inicia a las 5.15 y tras más de 12 horas, regresa a su hogar. Allí hubo cambios en la rutina, que incluyó extremar las medidas de cuidado. 

 

El agradecimiento de la gente es lo que reconforta, es 
la recompensa.

 

“Es una situación muy dura para todos, especialmente para la familia. Todos tenemos familias, tenemos hijos, otros tienen padres que con más razón tienen que tener más cuidados porque tienen más riesgo.

Es una lucha día a día, porque no sabemos con qué nos podemos encontrar porque se nos presentan varias situaciones. En el momento hay que ir resolviendo, no hay otra opción”, dijo. 

Su familia está compuesta por su marido y  dos hijos, uno de 28 años y otro de 17. Señaló que si bien al principio de la pandemia había menos casos, había más miedo. “Al principio había menos brote, pero había más miedo.

Ahora estamos conociendo mejor la situación, sabemos cómo cuidarnos y aunque haya más infectados, trabajamos con más seguridad, porque en el principio vivíamos mirando las noticias de los otros países y era fatal, y a todos nos daba miedo. Hoy por hoy estamos viviendo nuestra situación, con lo que nos enfrentamos y sabemos cómo enfrentarlo”, dijo.

Puede leer el rostro de las personas que concurren a realizarse el test: “Tienen miedo en general, pero la gente adulta tiene mucho miedo”, señaló recordando que la mayoría de los fallecidos por covid-19 eran adultos mayores.

Aseguró que su trabajo lo realiza “con mucha responsabilidad porque acá no está un médico hisopando, estamos los enfermeros, es demasiada responsabilidad.

También obviamente mucho orgullo, porque creo que nosotros hacemos muy buena labor y la gente nos demuestra el agradecimiento por la buena atención y por todo lo que brindamos. Eso es lo que recompensa, lo que reconforta, que la gente te valore”.

Cuestionó a aquellos que no siguen las normas de cuidado, especialmente a quienes pueden afectar a los que forman parte del grupo de riesgo. “A la gente le importa muy poco, cree que se puede tomar tereré y no le va a pasar nada, sin embargo no es así.

Tienen que cuidarse. Generalmente los jóvenes salen, se contagian y no les afecta, tal vez ni se enteraron que están infectados, pero le están transmitiendo al adulto mayor que se va a ver muy perjudicado.

Con este pico de casos tenemos que cuidarnos todos, la cabeza de la familia es la que tiene que guiar. La gente tiene que salir para comprar las cosas necesarias, tiene que ir trabajar, pero también es agotador y estresante estar encerrado. Todos sabemos el estrés que causa, pero hay que limitar un poco”, agregó. 

Con las expectativas de la llegada de una vacuna, un horizonte diferente se avizora, aunque todavía falta. Ana se permite mirar un poco más allá, cuando la pandemia termine: “Después de esto me va a quedar una gran experiencia de vida”, aseguró.

50 PEDIDOS
Se registran por día en los centros de salud para realizarse hisopados.

71 % MOVILIDAD
Hay en la ciudad. Había 91 % antes del cambio de fase. El objetivo es bajar al 65 %.

241DÍAS
De aislamiento se cumplirán el 29 de noviembre, fecha en la que concluye la última extensión.

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