Una multitud se movilizó hasta el Congreso en rechazo a las políticas del Gobierno nacional

Desde las 12, una verdadera multitud se movilizó en la ciudad de Buenos Aires hasta la Plaza del Congreso para manifestarse en contra de la ley Bases y el mega-DNU que impulsa el presidente Javier Milei.
Tal como había convocado la Confederación General del Trabajo (CGT), desde las 12 inició un paro nacional y una movilización en contra de las medidas que impulsa el Poder Ejecutivo. Con manifestaciones en todo el país, la medida fue replicada también en las provincias.
Tras la consigna: "La patria no se vende" , desde las primeras horas de la mañana, los manifestantes se concentraron en la Plaza del Congreso y hacia el mediodía habían desbordaron muchas de las calles aledañas, que se mantuvieron con el tránsito cortado en detrimento del protocolo de seguridad impuesto por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Cerca de las 2 de la tarde se entonó a viva voz, acompañado con bombos, el Himno Nacional que se hizo oír por los parlantes ubicados en varios puntos de la Plaza.
Otro de los cánticos que se repitió durante toda la jornada fue "Unidad de los trabajadores y al que no le guste se jode".
Ante la lectura del documento conjunto de las centrales de trabajadores y las palabras de los oradores, los militantes escucharon atentos e interrumpieron sólo con aplausos y cánticos.
Cientos de carteles y banderas se desplegaron a lo largo y ancho de la Plaza con consignas como: "La patria no se vende, se defiende", "Ni un paso atrás" , "Sin libros no hay cultura", "Contra el ajuste y la represión ¡Lucha y organización!", "Hoy salimos para defender lo obvio", "La cultura no se salva sola", "Abajo el plan motosierra de ajuste de Milei y el DNU", entre otros.
Ante las altas temperaturas en una tarde soleada, los miles de manifestantes se resguardaron del sol como pudieron: bajo la sombra de árboles, paraguas, banderas y remeras atadas a sus cabezas.
También se hicieron ver y escuchar las decenas de bombas de estruendo y pirotecnia que junto a drones, globos y banderas tiñeron la Plaza de los más diversos colores, aunque predominaron el celeste y blanco patrios.
El clima entre los manifestantes era de solidaridad entre las distintas agrupaciones, que todo el tiempo alentaron la convivencia y la no respuesta ante cualquier tipo de provocación de algunos transeúntes.
Si bien se vieron grupos de personas autoconvocadas o sueltas, la presencia de organizaciones sindicales, políticas, sociales, culturales, educativas y de derechos humanos fue preponderante.
Columnas de manifestantes pertenecientes a la CGT, las dos CTA, la Unidad Piquetera (UP), la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Utep), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Movimiento Evita, entre otras, se ubicaron a lo largo de la avenida Rivadavia, dejando solo un carril para el tránsito y ante la atenta vigilia de un cordón de efectivos de la Policía Federal y de la Policía de la Ciudad.
En cuanto al acceso a la ciudad, un grueso cordón de efectivos de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y de la Policía Bonaerense cortó desde las 11 una de las subidas del Puente Pueyrredón, en la localidad de Avellaneda.
Idéntica situación se registró en la intersección de la avenida de Mayo y Lima donde los manifestantes cortaron en forma total el tránsito vehicular, provocando demoras a lo largo de la avenida 9 de Julio.
El Gobierno nacional montó un amplio operativo de seguridad para la movilización sindical y ubicó camiones hidrantes, carros de asalto, camionetas con efectivos y motos en la esquina de las avenidas Callao y Corrientes; avenidas Belgrano y Entre Ríos y en el cruce de la avenida Rivadavia y Ayacucho, entre otros lugares.
El operativo de seguridad se reactivó al finalizar la movilización y la Policía de la Ciudad controló la salida de los manifestantes que se dio de forma pacífica y organizada.
Redacción y Télam








