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Semana azul

"El autismo necesita de la sensibilidad amorosa y la mirada de toda la sociedad"

Bajo este lema Gladis Ayala, presidenta de la Fundación TEAmo y madre de una joven, de 27 años, reflexiona sobre esta condición de vida y los desafíos que enfrentan los niños y adultos que lo tienen. Asimismo, destacó los derechos para lograr una ciudadanía más inclusiva y comprometida.

En el año 2007, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al 2 de abril como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, para poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos con esta afección.

Gladis Ayala, presidenta de la Fundación TEAmo y madre de una joven de 27 años llamada Lucía, explicó en diálogo con República de Corrientes: "Nos unimos para reconocer y celebrar la cercanía del autismo en nuestras vidas. Está muy cerca, quizás no siempre lo vemos o no queremos ver, pero está presente en nuestras comunidades, nuestros hogares, escuelas, lugares de trabajo. El autismo se manifiesta de manera diferente en cada persona que lo tiene, y a veces, no es fácilmente identificable a simple vista y otras conllevan muchas dificultades comunicacionales y comorbilidades como la epilepsia o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDHA).

"No se trata de una condición extraña que deba ser ocultada o marginada, sino de una natural variación en la forma en que experimentan el mundo y se relacionan con él. Si nos damos la oportunidad de conocer a una persona con autismo y valoramos sus experiencias, talentos y capacidades, podemos enriquecer nuestras vidas de muchas formas. Es crucial erradicar los estigmas y prejuicios asociados al autismo y reconocer su presencia en nuestras vidas", agregó.

El color azul se ha transformado en un símbolo del autismo porque representa lo que viven a diario las familias y personas con este síndrome, ya que tiene la peculiaridad de ser brillante como el mar en un día de verano y otras veces se oscurece como un mar en tempestad.

 

Las personas con autismo enfrentan desafíos únicos, debido a las barreras sociales, culturales y económicas que, muchas veces son impuestas por la sociedad en la que vivimos"

GLADIS AYALA
PRESIDENTA DE LA FUNDACIÓN TEAMO

 

El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación.

"Las personas con autismo enfrentan desafíos únicos, debido a las barreras sociales, culturales y económicas que muchas veces son impuestas por la sociedad en la que vivimos y que deben superarlas con muchos esfuerzos. Forma parte de la diversidad humana y, por ello, es fundamental que la ciudadanía reconozca su presencia cotidiana, para abrazarla e impulsarla en pos de una sociedad más inclusiva y sin discriminación", destacó Ayala. 

"Si nos comprometemos a escuchar a las personas con autismo y sus familias, para entender mejor sus deseos y necesidades, a fomentar el respeto y la aceptación, valorando y reconociendo sus contribuciones y sus derechos, estaremos contribuyendo a que puedan disfrutar de una vida plena.

Si nos comprometemos como sociedad a brindarles el apoyo y la comprensión que necesitan para que alcancen su máximo potencial, rechazando cualquier forma de discriminación, estigmatización o exclusión estaremos dándoles herramientas para que puedan vivir con dignidad, y ejerciendo plenamente su ciudadanía", enfatizó.

Accesibilidad

"Por todo ello, instamos a las autoridades y al Gobierno para que realicen acciones concretas y tangibles que garanticen a las personas autistas el acceso a los servicios y recursos especializados que necesitan. Así como su participación social en igualdad de condiciones, con libertad y respeto de sus derechos, propiciando una sociedad donde la diversidad sea celebrada, la convivencia armónica e inclusiva sea la norma y donde todas personas, independientemente de su condición, puedan ser valoradas", resaltó.

"Ponemos énfasis en el diagnóstico y la atención temprana, en la educación sin exclusiones, en la vida independiente y el empleo, ya que el 90 % de las personas con autismo están en situación de desempleo.  Lamentablemente, debemos repetir algunas consideraciones del año pasado, con respecto a la realidad de nuestra provincia. Corrientes fue la segunda provincia en tener una ley provincial de autismo, la 5.809 del año 2007, la cual no se cumple, acá en la capital y mucho menos en el interior profundo de Corrientes, donde muchas familias sufren la desidia y el abandono del Estado, la discriminación se hace más notoria cuando deben ser escolarizados y se encuentran con la barrera del cupo en las escuelas llamadas regulares", desplegó.

Asimismo, remarcó que el autismo sigue siendo una materia pendiente para el Estado y que los padres buscan ayudar a otros tutores que tengan hijos o familiares con esta condición.

"Necesitamos otras leyes que garanticen la accesibilidad cognitiva y que exija la capacitación de todos los funcionarios y agentes públicos con perspectiva de discapacidad. Necesitamos un Estado que respete el derecho a la salud y no que la salud se convierta en el negocio del amparo para conseguir una prestación", reflexionó.

"Necesitamos una escuela realmente inclusiva, que se convierta en una comunidad que abrace la diversidad y que las diferencias se conviertan en oportunidades enriquecedoras. 

Necesitamos más espacios recreativos y laborales para los jóvenes y adultos que se encuentran dentro del espectro para fomentar una vida lo más independiente posible", continuó. 

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