Artesanas del Museo brindan talleres de tejido para crear obras propias
Liliam, Susana y Ramona ofrecen una oportunidad única para aprender técnicas ancestrales en madera y cuero, conectar con la cultura local y dejar volar la imaginación.

El Museo de Artesanías Tradicionales se convierte en un vibrante punto de encuentro donde la creatividad y la cultura se entrelazan. Situado en la calle Quintana 905, este espacio no solo alberga una impresionante colección permanente de artesanías en madera, cuero y tejido, sino que también se realizan actividades con muestras temporales, ferias de artesanos y talleres que celebran las tradiciones locales. Aquí, cada rincón cuenta una historia y cada pieza refleja el alma de la ciudad.
Liliam Ferreyra, una apasionada artesana autodidacta de Mercedes, comparte su amor por la identidad correntina a través de sus creaciones. "Mis artesanías siempre reflejan la identidad correntina, que cuenten un lugar, una historia o la naturaleza", afirma con orgullo. Su trabajo no solo es un homenaje a su tierra, sino también un esfuerzo por mantener vivas las costumbres que son transmitidas de generación en generación.
A lo largo de sus más de 40 años en esta profesión ha dejado una huella en eventos emblemáticos como la Fiesta Nacional del Chamamé, donde sus diseños son lucidos por figuras como Myriam Fleitas. "Todo comenzó cuando nos pidió un diseño inspirado en los esteros del Iberá", recuerda Liliam con una sonrisa.
El museo también es el hogar de otras talentosas artesanas como Susana Coronas, conocida cariñosamente como la araña. Con su dedicación a la enseñanza del tejido, Susana abre las puertas de su taller cada jueves para compartir técnicas tradicionales como el tejido tunecino y miñardi. "Con una mínima inversión, pueden venir a aprender", invita entusiasta. Y mientras prepara sus clases para el verano, no puede evitar compartir su entusiasmo por las prendas frescas que está creando: "Shorcitos, polleritas y camisolas"."Tenemos todo lo último en moda crochet para la playa". Con su calidez y pasión por el arte del tejido, ella convierte cada clase en una fiesta donde todos son bienvenidos.
Ramona Saracho también aporta su talento al museo utilizando la técnica del telar con macramé. "Los turistas aman nuestro trabajo; incluso lo llevan para regalar", dice con alegría mientras muestra algunas de sus piezas más queridas.
La lana cruda se convierte en lienzo para su creatividad y los visitantes quedan cautivados por la autenticidad y el cariño que se refleja en cada uno de sus productos.
En este espacio mágico del Museo de Artesanías Tradicionales, las manos laboriosas dan vida a historias ancestrales y crean un puente entre el pasado y el presente, donde cada visitante es invitado a llevarse un pedacito de Corrientes consigo.
Cada taller se convierte en una celebración del trabajo colectivo, donde el hilo une no solo materiales, sino también corazones y sueños, creando una comunidad vibrante que respira arte y cultura. "Es un lugar donde todos pueden descubrir la magia de las manos que crean", dijeron.


