Pedro Ranalletti, uno de los padres y promotores de la Fiesta del Chamamé

Se cumplen seis años del fallecimiento de uno de los principales forjadores del evento más importante del mes de enero. Su lucha y dedicación le valieron el respeto por gran parte del público y sus protagonistas.
Desde siempre aportó a la música del Litoral con sus letras, que fueron grabadas por conjuntos de renombre como Lorenzo Domínguez, Los Hermanos Barrios, Fito Ledesma, Hugo Leiva, Roberto Galarza, Paquito Aranda, Bruno Mendoza, entre tantos otros. Su faz autoral comprende cerca de 140 títulos registrados utilizando su verdadero nombre, Pedro Celestino Ranalletti, y varios seudónimos como Celestino Taragüi o Pedro Celestino Goya, que lo convirtieron en una figura fecunda dentro del género.
Este autor nació el 13 de enero de 1937, en Colonia Carolina, departamento de Goya, aunque fue anotado un mes después. Sobre el hogar de las golondrinas le dedicó varias composiciones. Por ejemplo, Desde Goya hasta Reconquista, con Gabino Chamorro; Mi cielo goyano, junto a Modesto Barrios y Enrique Galvani; Mi Goya divina ciudad, con Damasio Esquivel ,y Mi Goya hermosa, con Avelino Flores.
El recuerdo
Varios amigos y conocedores de su obra rememoran a esta figura. Tal es el caso de Mario Tessare, que actualmente dirige el conjunto Gente de Ley y nos contó: "Mi padre trabajaba en la Dirección de Turismo de la Provincia de Corrientes bajo la dirección de Julio Traynor. Él me contaba que Pedro Ranalletti fue uno de los impulsores de la Fiesta Nacional del Chamamé en 1985 y la misma se hizo en Corrientes. Le habían dado como Festival Nacional del Chamamé a la localidad de Federal, provincia de Entre Ríos.
En ese momento, Pedro salió casa por casa en la ciudad de Corrientes a juntar firmas. Se instaló con una mesita en las intersecciones de las calles de Junín y Córdoba pidiéndole a los correntinos que dejaran su firma para concretar un pedido. Era una solicitud para que se realice el primer festival nacional del chamamé y que Entre Ríos no nos gane la sede. Fue uno de los grandes impulsores, de lo que hoy es una de las fiestas más grandes el país y del chamamé.
Fue autor de muchísimos temas y varios conjuntos de renombre grabaron muchas de sus canciones. Fue un hombre que hizo un gran aporte a la música. Personalmente conversé varias veces con él. Una oportunidad se dio en el taller de Hugo Leiva, quien fue su gran amigo. Ahí nos hablaba y tenía una pasión muy grande por nuestra música".
Ser amigo
El Zorzal de Corrientes y Pedro Ranalletti tenían un profundo cariño. Liliana Galarza lo recuerda como una persona muy recta y formal, además de ser uno de los impulsores de la fiesta nacional, cuando convocó a varias figuras en Corrientes y también en Buenos Aires. Su hermano Matías, lo evoca: "Pedro era muy amigo de papá, le gustaba como él escribía las letras y a Pedro le gustaba la melodía que podía generar.Tenían muchas ideas similares por ser amigos. Ranalleti era un luchador serial sobre todo por los derechos que se cobraba la Sadaic, que se ocupaban los socios. Venía a casa, entre mate y mate conversaban sobre esos temas además de otras de carácter cultural.Recuerdo cuando salió el tema de la fiesta nacional; él anduvo muchísimo. Le dábamos una mano en lo que podíamos. A raíz de esa amistad fue muy compinche mío, íbamos a hacer unos temas, pero se fue antes. Tenía mucho prestigio y la gente lo respetaba mucho", finalizó.
Alejandro Godoy, director de Espuelas de Plata, nos relató que Pedro en la década del 80 fue un impulsor importante del género. Muchas letras de Ranalletti no se grabaron y varias otras quedaron inconclusas. Lo definió como una persona muy derecha, sin grises, tenía una ideología muy distinta y trataba de crear una personalidad que muchas veces algunas personas no lo querían. También recordó que en el momento en que estaba produciendo su propio disco, lo citó y le entregó La balsa ausente, que había compuesto con Roberto Galarza. Godoy, con muchísimo respeto, la adaptó y la grabó con su agrupación.
Su hijo Héctor Ranalletti recuerda constantemente a su padre. En un medio gráfico comentó: "Mi padre gestionó la construcción del anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola, forjando la idea de establecerlo en los terrenos de la playa Arazaty (hoy Costanera Sur); por el aire fresco del río Paraná y que de espaldas estuviera montado el escenario, pero en aquel momento no se pudo llevar a cabo esto porque los terrenos pertenecían al Gobierno nacional", comentó. También brega para que no se lo olvide en los tiempos en que se organiza la Fiesta Nacional del Chamamé, porque a su padre lo considera el padre de ese evento, además, de un promotor.
En el sitio web de la Fundación Memoria del Chamamé, publicó una biografía y resalta que el 28 de noviembre de 1995 fue homenajeado en el Salón de los Pasos Perdidos por Isabel Viudes de Damonte, en la Legislatura de Corrientes. Fue declarado hijo dilecto de la ciudad de Goya, ciudadano ilustre de la ciudad de San Miguel, y en el 2010 publicó un CD titulado Pedro Ranalletti y sus consagrados amigos chamameceros, bajo el sello de Abraham Helú Producciones con artistas como Amandayé, Hugo Leiva, Rodolfo Martínez, Bruno Mendoza y Fabio Acevedo, Paraná Canto, Espuelas de Plata, Orlando Olmedo y Cristian Giménez.
Todos aquellos que abrazamos la causa del chamamé, nos sentimos obligados a que permanezcan en la memoria todos los protagonistas que colocaron los cimientos de esta fiesta. También a aquellos que bregan por un mejor provenir a nivel autoral, ya que esta identidad y expresión del ser correntino nos compete a todos.
Por lo tanto, queda mucho por seguir difundiendo con un profundo respeto, y tomemos el ejemplo de Pedro Celestino Ranalletti.


