El Vaticano entra en luto y se prepara para el cónclave

La Iglesia Católica inició este domingo 27 de abril de 2025 la etapa de los Novendiales, un periodo de nueve días de luto por el fallecimiento del papa Francisco, mientras avanzan las primeras reuniones precónclave para elegir a su sucesor.
Tras el emotivo funeral que reunió a más de 400.000 personas en la Plaza de San Pedro, el Vaticano se sumerge ahora en uno de los procesos más solemnes y tradicionales del catolicismo. En este tiempo de Sede Vacante, el Colegio Cardenalicio tiene la tarea de definir el rumbo de la Iglesia frente a un mundo en constante transformación.
La herencia de Francisco —marcada por su lucha contra los abusos, su apertura hacia las mujeres y la comunidad LGTBI, y su combate a la corrupción interna— dejó una huella profunda, aunque también generó tensiones dentro de la curia. "Sentimos inquietud y esperanza", expresó el arzobispo de Córdoba, Ángel Sixto Rossi, quien pidió continuar el camino de diálogo y misericordia que dejó Bergoglio.
Entre los posibles sucesores suenan nombres como el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, apodado "el Francisco de Asia", y el alemán Gherard Ludwig Müller, crítico de las reformas impulsadas por el pontífice argentino. Mientras tanto, las calles de Roma reflejan el clamor popular: "Queremos más Francisco", repiten fieles de todas las edades.
En paralelo, el funeral del papa propició encuentros diplomáticos inesperados como el de Volodímir Zelenski y Donald Trump, en un intento por buscar soluciones a la guerra de Ucrania, reflejando la dimensión política que acompañó a Francisco hasta su despedida.
El protocolo vaticano establece que solo los cardenales menores de 80 años podrán votar en el cónclave, que podría comenzar entre el 5 y 6 de mayo. Bajo estrictas normas de secreto, los purpurados celebrarán hasta cuatro votaciones diarias hasta alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para proclamar al nuevo líder de la Iglesia.
Mientras la Capilla Sixtina espera, el mundo católico se pregunta si el próximo papa continuará el espíritu reformista de Francisco o marcará un nuevo rumbo.


