Milei asume la campaña bonaerense en medio de choques con el Congreso y los gobernadores

En un clima político marcado por tensiones y derrotas legislativas, el presidente Javier Milei decidió ponerse al frente de la campaña electoral en la provincia de Buenos Aires, buscando reforzar a La Libertad Avanza en el principal bastión histórico del peronismo.
El mandatario enfrenta un escenario complejo: en el Congreso, la oposición logró avances significativos al aprobar el aumento a jubilados, el regreso de la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad, además de dar media sanción a fondos para universidades y a la llamada ley Garrahan. También rechazó decretos delegados que reestructuraban áreas clave del Ministerio de Economía.
Ante la falta de mayoría parlamentaria, Milei apostó a alianzas con gobernadores, incluso de extracción peronista, pero las tensiones por reclamos de fondos provinciales hicieron que perdiera apoyos cruciales. Ahora, el Presidente busca sostener sus vetos a las leyes aprobadas por el Congreso, un desafío que lo obliga a recomponer vínculos con mandatarios provinciales, incluso con aquellos que optaron por un camino intermedio como Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Carlos Sadir, Ignacio Torres y Claudio Vidal.
Durante la cadena nacional del viernes, Milei adoptó un tono de tribuna, advirtiendo que "si quieren volver atrás me van a tener que sacar con los pies para adelante", y acusando a la oposición de "destruir el superávit fiscal" y "llevarnos al abismo". El mensaje tuvo doble destinatario: el arco parlamentario y los gobernadores que se alejaron de la Casa Rosada.
En el plano electoral, Milei cerró un acuerdo con el PRO en la Ciudad y la Provincia, vistiendo de violeta a referentes macristas, aunque no sin polémicas. La bandera con el "Nunca Más" para referirse al kirchnerismo y el veto a candidatos propuestos por sus socios generaron ruido en la alianza.
Con la economía golpeada por la suba del dólar en julio, la inflación proyectada para agosto y los problemas para generar empleo formal, el resultado electoral en Buenos Aires es incierto. La Casa Rosada reconoce que podría perder en la Tercera Sección Electoral, aunque confía en un triunfo en la Primera para equilibrar el mapa.
La estrategia de Milei es clara: endurecer el discurso, capitalizar el enfrentamiento con el kirchnerismo y apostar a una victoria legislativa que le permita blindar su gestión de cara a las elecciones nacionales de octubre.


