Milei se juega su programa de gobierno y Kicillof arriesga su plan presidencial

Este domingo, más de 14 millones de bonaerenses están llamados a votar en unas elecciones provinciales que, pese a su naturaleza legislativa, adquirieron una magnitud nacional. Javier Milei enfrenta su prueba política más incómoda desde que asumió la presidencia, mientras Axel Kicillof busca consolidar su proyecto 2027 y disputa liderazgo dentro del peronismo, enfrentando abiertamente a Cristina Kirchner.
El escenario está cargado de tensiones. La Libertad Avanza (LLA) y el peronismo llegan con estrategias opuestas y diagnósticos cruzados. Milei, debilitado por escándalos internos —como la causa por presuntas coimas en el área de discapacidad que involucra a Diego Spagnuolo— y una economía volátil, transformó la elección en un plebiscito de su gestión con el eslogan "kirchnerismo nunca más". Por su parte, Kicillof desdobló el calendario electoral para intentar independizarse de la Cámpora y construir su propio camino a la Casa Rosada.
Una elección legislativa con impacto nacional
Aunque formalmente se eligen senadores y diputados provinciales, concejales y consejeros escolares, el resultado se proyectará más allá de los límites de la provincia. Para Milei, un buen desempeño implicaría una bocanada de oxígeno político en un contexto de interna feroz entre Karina Milei y Santiago Caputo, y de debilidad parlamentaria tras varias derrotas legislativas. Una derrota clara, en cambio, podría agitar los mercados y precipitar cambios en el gabinete.
Kicillof, por su parte, también pone en juego su futuro. Un triunfo lo fortalecería en su pulseada con Cristina y Máximo Kirchner, y lo posicionaría como el principal referente del peronismo poskirchnerista. En cambio, una performance negativa pondría en duda su estrategia de autonomía y profundizaría la interna con La Cámpora, que ya venía tensa tras su decisión de desdoblar el calendario electoral.
Participación e incertidumbre
La participación es una incógnita clave. Se espera un nivel bajo de asistencia a las urnas, en línea con una apatía creciente desde 2021. En el peronismo consideran que la baja participación favorece a su estructura territorial, mientras que el oficialismo buscó movilizar a sus bases con llamados directos en las últimas jornadas de campaña.
En los 135 municipios bonaerenses, 84 están gobernados por el PJ, un dato que el Gobierno nacional mirará con atención, especialmente en el conurbano: la Tercera sección es el bastión peronista y la Primera, un territorio más competitivo donde la alianza con el PRO podría ayudar a Milei a achicar diferencias.
Internas expuestas y planes en juego
Ambos frentes llegan fracturados. En LLA, las tensiones entre Karina Milei y el ala de Caputo se agudizaron durante la campaña. El caso Spagnuolo y un episodio de violencia verbal entre militantes oficialistas y la oposición acentuaron el malestar en la Casa Rosada.
En el peronismo, la "unidad con fórceps" entre Kicillof y La Cámpora fue una tregua frágil. La negativa del gobernador a unificar la elección con el calendario nacional fue interpretada como una jugada audaz, pero también como un riesgo innecesario. Cristina Kirchner intentó competir desde la Tercera sección, pero su candidatura fue desactivada por la Corte Suprema. Desde entonces, el vínculo entre ambos sectores quedó roto.
El día después
El resultado de hoy tendrá efectos inmediatos. En el oficialismo se instaló la idea de que una derrota por menos de cinco puntos podría venderse como un "empate técnico". Una diferencia mayor, sin embargo, golpearía de lleno al plan económico de Milei y abriría un período de alta tensión interna, justo cuando se avecinan las elecciones de medio término en octubre.
Para Kicillof, este domingo es un trampolín o una trampa. Un triunfo contundente puede proyectarlo como el heredero natural del peronismo, pero una derrota lo dejaría atrapado entre las ruinas de una unidad ficticia.
Anoche, en La Plata, el clima era de expectativa contenida. En el hotel Grand Brizo, donde confluirán los dirigentes de Fuerza Patria, ya está preparado el escenario desde el cual Kicillof podría lanzar su precandidatura presidencial. Todo depende del veredicto de las urnas.
Con un país pendiente de Buenos Aires, el resultado de estas elecciones será mucho más que un recambio legislativo: marcará el rumbo de la política nacional en el tramo final del año y podría redefinir los liderazgos tanto en el Gobierno como en la oposición.
*Con información de Infobae


